Dado que estamos en pleno verano, no vemos mejor momento de explicar por qué funcionan tan bien los vinos blancos en esta época, así como algunas propuestas de maridaje que sorprenderán a más de uno. A continuación, os argumentamos los condicionantes que hacen que el verano sea la estación perfecta para consumir vino blanco:
· Aumento de las temperaturas: el principal motivo es el calor, ya que las subidas de la temperatura condicionan y modulan nuestros hábitos de consumo, buscando bebidas y comidas más refrescantes.
· Dieta: en verano llevamos una dieta basada en verduras, sopas frías, pescados, carnes poco grasas y todo tipo de comidas que sean ligeras. Es por ello que, para maridar nuestros menús de verano solemos optar por vinos frescos, afrutados y con poco cuerpo.
· Temperatura de consumo: otra de las claves del vino blanco, es que la temperatura de consumo recomendada es sensiblemente inferior a la de los vinos tintos, siendo de entre 6º-8º, y con temperaturas cálidas es un punto muy a favor.
· Diferencias del tinto: a diferencia de los tintos, los blancos suelen ser más económicos y poseen menor graduación alcohólica. Sus aromas y sabores afrutados y frescos hacen que por lo general sean vinos más fáciles de beber que algunos tintos.
Una vez explicados los motivos de por qué los vinos blancos funcionan tan bien en el verano, vamos con unas recomendaciones de maridajes con nuestros blancos: