Nos encontramos en uno de los momentos del año más importante para nosotros: la recolección de la uva, nuestra vendimia. Es un momento delicado porque es el primer paso para lo que después será nuestro vino y esta vez no lo tenemos nada fácil pues las inclemencias del tiempo no han querido ayudar ya que nos granizó en mayo, seguimos con un verano de mucha sequía y para terminar tuvimos otro pedrisco en el mes de agosto. Así que nuestra uva ha crecido lo que la meteorología le ha dejado. Estas cosas pasan en el campo, el agricultor lo sabe bien porque lo sufre, y es que sólo el que ha mimado sus viñas durante todo un año se estremece al ver como la tormenta comienza y reza para que no le toque a sus cepas. Pero la vida sigue y hay que cosechar, es momento de no escuchar a la procesión que va por dentro y ponerse a recoger lo que hay, sin perder un racimo.
Para que todo no sea cuesta arriba, en nuestra bodega esta año estrenamos enólogo, bueno, se estrena con nosotros, porque él en estas lides lleva ya unos cuantos años. Se llama José Manuel Ortiz Huertas, tras este nombre hay un largo recorrido de trabajo durante muchos años en diversas bodegas donde ha conseguido numerosos premios y reconocimientos. Ha querido unirse a nuestro proyecto acompañado por su hijo, José Miguel, que no para de aprender de su maestro. Entre los dos están dispuestos a sacar el mejor vino posible de nuestra materia prima.
Así que pese a los elementos en contra, aquí estamos vendimiando y recogiendo los frutos de todo un año para terminar nuestro trabajo con un vino estupendo en el que como siempre se va a poner mucha ilusión y ganas por parte de todos. Ese es nuestro objetivo, superarnos consiguiendo un caldo de excelente relación calidad precio que haga las delicias de nuestros clientes, que cada vez son más numerosos e internacionales.